¿Por qué se dice que es una etapa conflictiva, especialmente en las relaciones entre padres e hijos?
La adolescencia es un periodo de cambios y todo cambio exige adaptación. La adaptación es un proceso que conlleva ajustes y, por ende, genera algo de estrés, escenario que de por sí es propicio para los conflictos. Ahora bien, el adolescente esta en la búsqueda de la identidad propia y es aquí donde se encuentra con una serie de sentimientos ambivalentes. Busca dejar ser hijito de… pero, al mismo tiempo, se da cuenta de cuan dependiente es, realmente, de sus padres. Esta misma ambivalencia la experimentan los padres. Se muestran indecisos entre esperar a que sus hijos sean independientes, y esperar mantenerlos dependientes. No resulta fácil dejar ir. Como resultado de esa indecisión, terminan enviando mensajes dobles, dicen una cosa y comunican justamente lo opuesto con sus acciones. De esto se dan cuenta los chicos, que están atentos a lo que los adultos hacen o dejan de hacer.
La adolescencia es un periodo de cambios y todo cambio exige adaptación. La adaptación es un proceso que conlleva ajustes y, por ende, genera algo de estrés, escenario que de por sí es propicio para los conflictos. Ahora bien, el adolescente esta en la búsqueda de la identidad propia y es aquí donde se encuentra con una serie de sentimientos ambivalentes. Busca dejar ser hijito de… pero, al mismo tiempo, se da cuenta de cuan dependiente es, realmente, de sus padres. Esta misma ambivalencia la experimentan los padres. Se muestran indecisos entre esperar a que sus hijos sean independientes, y esperar mantenerlos dependientes. No resulta fácil dejar ir. Como resultado de esa indecisión, terminan enviando mensajes dobles, dicen una cosa y comunican justamente lo opuesto con sus acciones. De esto se dan cuenta los chicos, que están atentos a lo que los adultos hacen o dejan de hacer.
Por otro lado, cabe resaltar que los disgustos menores son más frecuentes que los mayores. Se dan, generalmente, por temas como tareas, amigos, horas de llegada, hermanos, tareas domesticas, ruido y aseo. Justamente es alrededor de esos conflictos controlados en los que padres e hijos pueden aprender a negociar y los beneficios de la independencia. Es importante, además, señalar, que el conflicto crece al comienzo de la adolescencia, se estabiliza en la mitad y disminuye después de los 18.
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