El sexo, las drogas y los métodos anticonceptivos son los temas que más preocupan a los adolescentes de entre 15 y 17 años.
La adolescencia va acompañada de un aumento del estrés vital, ya que implica hacer frente a una serie de retos y nuevas obligaciones que coinciden con los cambios biológicos y físicos de la pubertad y con fluctuaciones en el funcionamiento emocional, cognitivo y social.
Las presiones académicas, la imagen corporal, el desarrollo de la identidad sexual, el logro de una creciente autonomía con respecto a los padres y madres, la aceptación por parte del grupo, etc., constituyen, sin duda, fuentes potenciales de estrés en la adolescencia. Especialmente, la adolescencia media (de 14 a 16 años) se considera un periodo ‘cumbre’ a lo largo del ciclo vital para la ocurrencia de acontecimientos vitales.
Como consecuencia, a menudo se experimenta depresión y otras emociones negativas. Esto ha llevado a sugerir que el consumo de alcohol y tabaco y de otras drogas, podrían representar intentos disfuncionales de manejo de estas dificultades de adaptación.
Es por ello que se ha asociado el estrés vital como factor de riesgo para el consumo de drogas en adolescentes.
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